Ouça e leia – “Perito Moreno, explorador y humanista”

Nació en Buenos Aires en 1852, en el seno de una familia acomodada.

Los viajes de Marco Polo, las aventuras de Simbad el marino y las expediciones de Franklin y Livingstone fueron las lecturas de su infancia.

Desde niño soñó con ser explorador y descubridor de nuevos territorios.

La vocación de Moreno por la vida natural fue clara desde su niñez. A los quince años poseía una estupenda colección de fósiles, restos óseos y otras muestras del pasado. No es de extrañar que con el tiempo, la Patagonia se convirtiera en su obsesión. Esta basta extensión de tierra era entonces todavía desconocida a pesar de las incursiones realizadas por exploradores y científicos como Charles Darwin y Robert Fitz Roy. Terrenos de espesos bosques y altas montañas andinas que hacen desembocar sus glaciares en inmensos lagos.

A los veintiún años de edad, Moreno organiza el primero de sus viajes a la Patagonia. Este viaje sería el inicio de una intensa carrera de explorador que le llevaría a realizar otros cinco viajes más. Siempre con la intención y el espíritu de servir a su país. Soñaba con una Patagonia de ríos navegables y puertos de mar transitados, una Patagonia que aportara sus riquezas al resto del País. Fue consciente en ese viaje del problema territorial con Chile. Mientras que los argentinos a penas conocían sus territorios en el sur, los chilenos llevaban tiempo explorando la región andina y estableciendo poblaciones en el sur del continente.

Precisamente, uno de sus mayores logros, fue actuar como mediador en el citado conflicto fronterizo. La idea de los chilenos era marcar límites territoriales a partir del curso de los ríos que corrían cercanos a los dos países. Lo hacía perder a la Argentina muchos territorios en las cumbres. El gobierno argentino solicitó su colaboración en este asunto. En principio Moreno no aceptó el encargo, creyéndose menos preparado que aquellos con quienes debía negociar. Sin embargo todos sabían que nadie en el país conocía el territorio austral como él. Tras mucha insistencia por parte del gobierno, decidió aceptar. Fue en ese momento cuando el Estado Argentino decidió otorgarle el título de Perito, que ya le marcaría para siempre.

Moreno viajó a Roma y a Londres defendiendo sus posiciones como diplomático argentino. Explicó a la Comunidad Internacional que los ríos eran susceptibles de ser manipulados por la mano del hombre. No así las cimas de las montañas. Finalmente consiguió imponer sus planteamientos y a él debe Argentina su actual configuración fronteriza austral. En reconocimiento a sus servicios, el Estado le ofreció tierras en la zona del país que él prefiriera. Eligió un territorio en el lago Nahuel Huapi, lugar paradisíaco, rodeado de montañas, al que había llegado por primera vez en 1875. Años más tarde, fue secuestrado en este mismo lugar por los indios del cacique Shaihueque de los que escapó en emocionante fuga. Una vez que esas tierras estuvieron a su nombre, las donó al Estado con una única condición: que se creara en ellas el primer parque nacional argentino.

Moreno se convirtió en una eminencia en el conocimiento de la Patagonia. Inauguró caminos, dio nombre a los montes, ríos y glaciares. Se especializó en paleontología, antropología, geografía, y todo aquello que tuviera relación con el estudio de la vida natural. El mismo se definía como un hombre orquesta que en lugar de tocar instrumentos tocaba los palos de las ciencias naturales.

A pesar de todo esto, Francisco Moreno murió pobre. Nunca aceptó dinero como pago de los gastos de sus viajes, donó todas sus colecciones al Museo de Ciencias Naturales de La Plata (que él mismo fundó), y al Estado las tierras del Nahuel Huapi. Antes de morir dejó escrito:

Yo, que he dado a mi país más de ochocientas leguas y el parque nacional Nahuel Huapi, no dejo a mis hijos ni un metro de tierra donde sepultar mis cenizas”.

Veinticinco años después de su muerte y por petición de la Dirección de Parques Nacionales, sus restos fueron trasladados a la Isla Centinela, en el brazo Blest del lago Nahuel Huapi. Hoy, los barcos de turistas que navegan la zona, hacen sonar tres veces las sirenas en su honor cuando pasan junto al mausoleo. No hay ciudad ni pueblo en la Patagonia que no recuerde la figura del Perito Moreno, ya sea con una biblioteca, una calle o un plaza; sin embargo, para la mayoría de los turistas, el Perito Moreno es solo el nombre del famoso glaciar que saca la lengua en el lago Argentino.

Es curioso, pero ese glaciar es el único del lago que no fue descubierto por él sino por las personas que tras su muerte continuaron con sus expediciones. Desearon así, bautizarlo en su honor.
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Seno seio Niñez infância Todavía ainda
Aportar contribuir, trazer Mientras enquanto, ao passo Logro sucesso, êxito
Cercano próximo Cumbre cume, topo Encargo missão, encargo
Sin embargo entretanto, porém Austral região do sul Tras após
No así não ocorre o mesmo Cima cume, pico, topo Imponer impor
Planteamiento proposta, pleito Palos Em música, cada uma Cenizas cinzas
explanação das modalidades
(do flamenco)
Sonar tocar, soar Ya sea seja Sacar la lengua mostrar a língua
(Neste texto significa
“Olhar para”, apontar)


2 Comentários

  1. Priscila Yana 28 de novembro de 2009
  2. Claiton 28 de novembro de 2009

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