El empresario accede y el hombre se saca del bolsillo un loro, un ratón y un piano diminuto.
El ratón se pone a tocar el piano y en ese momento el loro se pone a cantar una aria de ópera.
Cuando terminan el empresario exclama:
¡Fantástico!… Pero entre usted y yo, este número tiene truco.
Y el hombre contesta:
Es cierto, el loro no sabe cantar ópera, es el ratón que es ventrílocuo.